jueves, 5 de junio de 2014

Qué es el Reciclaje

El reciclaje es un proceso por el cual recuperamos total o parcialmente materia prima reutilizable de un producto ya elaborado.
La necesidad de reciclar surge de la mano del consumismo desenfrenado del último siglo.  Los profundos cambios sociales que ha producido la Revolución Industrial han afectado directamente al estilo de vida, sobre todo al occidental y a la forma en que consumimos. Con la incorporación de la mujer al mercado laboral y los subsiguientes cambios en la familia tradicional, han surgido toda una variedad de productos elaborados y diseñados para el consumo individual.
¿Qué podemos hacer con toda esa Basura? RECICLAR!
  • EDUCAR
  • SEPARAR
  • REUTILIZAR
Educar en el Reciclaje
La cultura del reciclaje no es igual en todos los países, depende de muchos factores: niveles medios de educación, niveles de industrialización, compromiso ciudadano, políticas medioambientales, etc.
España es un caso paradigmático ya que con la Transición y el desarrollo industrial ha pasado en un tiempo récord, menos de 30 años, de una sociedad mayoritariamente agrícola a la actual, más enfocada hacia el sector servicios. De la continua reutilización al consumo masivo.
Con el consumo surge el problema de la generación y almacenaje de las basuras, donde un consumo más responsable y el reciclaje activo son las únicas soluciones viables.
La cadena de Reciclaje empieza en casa y en la escuela, educando. Es imprescindible conocer los peligros medioambientales y sociales que supone toda la basura que generamos y saber los medios para atajarlos y darles solución.
El siguiente paso es aprender a identificar los diferentes materiales que llenan nuestro contenedor para separarlos cada uno en su contenedor de reciclado.
Reciclado: Aprendiendo a Separar
La complejidad de la clasificación de residuos también es diferente de unos países a otros. Evoluciona también en el tiempo, siendo los países con más tradición y años de reciclaje los que incorporan sistemas más precisos de reciclado.
España empezó incorporando el reciclaje de cristal, uno de los primeros, a los que luego se sumarían las pilas y el cartón, para ser luego completados con el reciclaje de envases y los puntos limpios, donde se recogen aceite, teléfonos móviles, equipos informáticos, electrodomésticos, muebles o ropa.
La efectiva separación de cada una de las materias nos permite reutilizar muchas de ellas o destruirlas de forma más eficiente.
Reciclando reducimos nuestros niveles de basuras y conseguimos de forma directa materias primas que habría que extraer de la naturaleza, con el coste económico y medioambiental que eso supone.
Reutilizar el Material Reciclado
Actualmente hay muchas empresas que se dedican a la reutilización de residuos, como es el caso de los neumáticos. Las pistas de atletismo, filtros de suelo para los árboles urbanos y el firme de los parques infantiles se elabora con los materiales extraídos de los neumáticos viejos. En lugar de contaminar en la extracción del petróleo y en su transformación en la goma específica de los neumáticos, el reciclado permite utilizar lo que considerábamos basura y transformarlo en nuevo material útil.


Cadena de reciclaje
La cadena de reciclado consta de varias etapas:

Recuperación: que puede ser realizada por empresas públicas o privadas. Consiste únicamente en la recolección y transporte de los residuos hacia el siguiente eslabón de la cadena.
Plantas de transferencia: se trata de un eslabón o voluntario que no siempre se usa. Aquí se mezclan los residuos para realizar transportes mayores a menor costo (usando contenedores más grandes o compactadores más potentes).
Plantas de clasificación (o separación): donde se clasifican los residuos y se separan los valorizables.
Reciclador final (o planta de valoración): donde finalmente los residuos se reciclan (papeleras, plastiqueros, etc.), se almacenan (vertederos) o se usan para producción de energía (cementeras, biogás, etc.)
Para la separación en origen doméstico se usan contenedores de distintos colores ubicados en entornos urbanos o rurales:

Contenedor amarillo (envases): En este se deben depositar todo tipo de envases ligeros como los envases de plásticos (botellas, tarrinas, bolsas, bandejas, etc.), de latas (bebidas, conservas, etc.)
Contenedor azul (papel y cartón): En este contenedor se deben depositar los envases de cartón (cajas, bandejas, etc.), así como los periódicos, revistas, papeles de envolver, propaganda, etc. Es aconsejable plegar las cajas de manera que ocupen el mínimo espacio dentro del contenedor.
Contenedor verde (vidrio): En este contenedor se depositan envases de vidrio.
Contenedor gris (orgánico):1 En él se depositan el resto de residuos que no tienen cabida en los grupos anteriores, fundamentalmente desechos orgánicos catalogados como materia biodegradable.
Contenedor rojo (desechos peligrosos): Como teléfonos móviles, insecticidas, pilas o baterías, aceite comestible o aceite de vehículos, jeringas, latas de aerosol, etc.


Regla de las "3R"

 Regla de las tres erres
El reciclaje se inscribe en la estrategia de tratamiento de residuos de las tres erres:

Reducir: acciones para reducir la producción de objetos susceptibles de convertirse en residuos.
Reutilizar: acciones que permiten el volver a usar un determinado producto para darle una segunda vida, con el mismo uso u otro diferente.
Reciclar: el conjunto de operaciones de recogida y tratamiento de residuos que permiten reintroducirlos en un ciclo de vida.

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